¡Hola, hola! Hoy os traigo algo un poco diferente. Sabéis que queda poco para que vengan los Reyes Magos, así que he decidido mostraros una carta que hice ya hace un año. Espero que os guste. Aclaro que fue hace un año.
Queridos Reyes Magos:
Hace ya tiempo que no os escribía, y es que los últimos años no han sido buenos. ¿Qué pedir cuando no tienes ilusión por nada? ¿Cuando sólo tienes ganas de estar en la cama porque el mundo exterior te aterra? Afortunadamente eso ha cambiado algo, estoy mejor, tengo menos ansiedad y no me paso el día encerrada. Pero tampoco soy feliz, o no todo lo feliz que llegué a ser antes de todo esto. Y sí, tengo amigos, novio, en mi casa las cosas van bien, estudio lo que me gusta... Pero hay algo en mí que no está bien. Mi cerebro se ha cerrado en banda y se niega a disfrutar de la vida. Todo lo toma como una amenaza. El médico dijo que sólo es una sustancia de mi cerebro que se ha desajustado un poco, que no pasa nada. Pastillas y algo de terapia. Y sí, funcionó, pero sigo sin ser la de antes.
Así que esta es mi petición para el año nuevo: Devolvedme a la chica que era antes. Me echo de menos. Mis amigos y mi familia me echan de menos. No sé si es posible, o si es mucho pedir, pero cambiarme el cerebro si hace falta, o la forma de pensar, o traerme unas gafas para ver las cosas desde otra perspectiva. Sí, esa tiene que ser la solución. Unas gafas mágicas, de muchos colores, tantos como había en esa discoteca a la que me daba miedo ir.
Ah, y se me olvidaba, los libros me han ayudado mucho en todos esos momentos, así que traerme también unos cuántos. No me importa cuáles sean, sólo necesito que me hagan escapar de la realidad en la que vivo. Aunque ese refugio sea temporal, de momento es lo mejor que tengo.